El perfume. Patrick Süskind

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Hay muchas historias, novelas y ensayos, si bien la que ahora os traigo es una novela contemporánea corta, que ha cautivado a muchos, la cual considero que nunca pasará de moda. En mi opinión es de las que  has de leer alguna vez en tu vida, y me supongo que muchos lo habrán hecho ya. Además, fue llevada al cine de una manera bastante acertada.

Hace poco leí sobre el autor que le había pasado algo parecido a Salinger, el autor del Guardián entre el centeno. Y es que según la prensa “el escritor de éxitos literarios cumple 70 años sin que nadie sepa dónde está ni qué hace”.

Lo cierto es que la obra de Patrick Süskind se mueve en torno a temas que van desde  la dominación, pasando por la obsesión, como en la que ahora nos ocupa, y sin duda al hombre. Suele acudir a personajes en cierto modo deshumanizados, que buscan una razón, la cual se destila con palabras, gestos o en este caso con olores.

En el Paris del siglo XVIII nace nuestro protagonista Jean-Baptiste Grenouille, abandonado en la basura al no mostrar signos de un olor a la vida, el mismo carece de olor. El autor de este novela, Süskind no pierde en ningún momento la oportunidad de recordarnos que Jean Baptiste es asqueroso, ya no solo de bebé, su figura pasa desapercibida durante la mayor parte de su edad adulta, y apenas resulta tolerado cuando a alguien le interesa. Y solo desde el aspecto financiero por su facultad para trabajar.

Será precisamente su prodigioso olfato, junto con una capacidad o don sobrenatural a reconocer cualquier olor que le rodea, lo que le acompañara toda su vida, desde su infancia en el orfanato hasta su final. Soporta los trabajos que nadie quiere por lo insoportable de los olores, como con el curtidor Grimal, hasta que su pericia es conocida y comienza como aprendiz de perfumista de Giuseppe Baldini.

Ahora bien, El perfume no es una novela sobre los olores, sino su argumento será lo inenarrable, aquello que rara vez se ha descrito.

“Hay en el perfume una fuerza de persuasión más fuerte que las palabras, el destello de las miradas, los sentimientos y la voluntad”.

Con él pasa a convertirse en un prestigioso perfumista en busca siempre del mejor olor, dada su extraordinaria capacidad para construir los aromas más complejos. Sin embargo, su inconformismo será su perdición, porque nunca está satisfecho, lo que le conduce a una loca búsqueda de un olor perfecto, cometiendo para ello una serie de atroces asesinatos.

«Quien dominaba los olores, dominaba el corazón de los hombres». Sin embargo, “solo una cosa no estaba al alcance de este poder: hacer que él pudiera olerse a sí mismo”.

Nos conmueve su esfuerzo y luego detestamos sus acciones. A pesar de ello, y de los actos que perpetra en su descripción el autor muestra cierta lastima hacia él, a su soledad, al abandono, a la incapacidad que tiene para amar y sin duda al vació existencial, que están tan presentes en su vida.

Una narrativa y descripción que te hacen revivir y hasta oler esa época, lo cual te enamora con su prosa desde las primeras páginas en una espiral psicológica, de la cual no podrás abandonar hasta el abrupto final. Odiarás o amarás al personaje, pero no te dejará indiferente.

“El perfume vive en el tiempo; tiene su juventud, su madurez y su vejez”.

Patrick Süskind. El perfume.

Escrito por Leonor Pérez de Vega, autora del blog El dolor sí tiene nombre. Puedes seguirla en Twitter desde aquí.

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