Un puñado de hermanos (dos chicos, una chica y un bebé), unos padres y una casa desconocida es lo que se encuentra nuestra protagonista cuando llega a una zona de los Abruzos italianos con su maleta y demasiadas preguntas.
¿Por qué la han devuelto a su familia biológica, a su otra madre que no conocía, ni recuerda?
Tiene 13 años y hasta la fecha una vida feliz y tranquila con unos padres que la querían, sus amigas, la escuela y todas las comodidades. Lo que ella entendía como normalidad se ha esfumado.
«Con el tiempo perdí también aquella idea confusa de normalidad y hoy ignoro de verdad qué lugar es una madre. Me falta como puede faltarme la salud, un cobijo, una certeza».
En la nueva casa, comparte habitación con los que ahora son sus hermanos, y unos padres biológicos duros como la vida que han vivido, que ahora tiene otra boca más que alimentar. De vez en cuando recibe cosas de quien hasta ese momento fue su madre; eso sí, ante sus peticiones, pero nunca las respuestas que ella espera…
¿Por qué los que han sido sus padres ya no la quieren?
Su hermana Adriana se convertirá en su pequeña confidente, con un sentido común demasiado adulto, como nos cuenta la propia protagonista. «Mi hermana. Como una flor improbable, crecida en un pequeño terrón pegado a la roca».
«De ella aprendí la resistencia. Ahora nos parecemos menos en las facciones, pero es igual el sentido que encontramos en este estar arrojadas al mundo. Nos salvamos con la complicidad».
Tiene una gran fuerza narrativa, te atrapa desde la primera página, con temas como el dolor de la pérdida o el abandono, la amistad, el odio que va germinando y unos personajes que van creciendo con la narración.
¿Cómo se llama la protagonista? No os lo voy a revelar para ello debéis leer, si os apetece la novela, si bien os dejo una de sus últimas reflexiones que merece la pena releer.
Su experiencia la marcará en su vida, sobre todo durante las noches, porque como ella dice: «sé ya que no me dejaré apagar, como no sea por breves intervalos. En la almohada me espera cada noche el mismo grupo de fantasmas, oscuros terrores».
Y como nos dice al ir finalizando su relato:
«El mundo que había conocido se desplomaba alrededor, pedazos de cielo se abatían sobre mí como decorados ligeros»
Espero que disfrutéis como yo lo hice en su momento: La retornada, Donatella Di Pietrantonio (ficción), editorial DUOMO, 2018.
Escrito por Leonor Pérez de Vega, autora del blog El dolor sí tiene nombre. Puedes seguirla en Twitter desde aquí.