No siempre voy a comentar novelas premiadas, si bien para mi esta se lo merece. El género histórico es uno de mis preferidos, aunque advierto que a aquellos que no les guste la historia, pasen a otra.
Está relatada por Rubén Burén, un biznieto del protagonista, Melchor Rodríguez líder de la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT), y merece mi recomendación, sin olvidar que he leído críticas sobre la mismacalificándola como “cutre”, y según entiendo dependerá de quien cuente los hechos. Un término que me ha dolido leerlo porque te puede gustar o no una novela, o la visión de la historia que en este caso se pretender realizar de una manera, en mi opinión, bastante imparcial.
Por ese motivo prefiero que sea el lector el que opine al respecto, y en todo caso considero que hay que descubrir la figura del que se calificó como “El ángel rojo”.
A muchos les puede echar atrás la temática, de nuevo la guerra civil y postguerra, y aunque ese sea el escenario, para nada la consideréis una más sobre esta última.
En los pensamientos del protagonista solo estaban la libertad y el amor a su familia, ni venganzas, ni sangre. A su protagonista se la atribuye esta frase, que da inicio a la novela: «Se puede morir por las ideas, pero nunca matar por ellas».
Melchor exalcalde de Madrid en los años de la contienda civil ayudó a muchos, de ambos bandos, y cuando él necesito salvar su vida, pocos quisieron hacerlo. La novela relata su vida durante y después de dicha contienda en varias partes que nos atendrán en una serie de momentos que no deberíamos olvidar. No voy adelantar más. Se merecía un papel en la historia y pienso que esta novela lo consigue en parte. Quizá no se convierta en un clásico, pero es interesante conocer una parte de nuestra historia, ya que es sabido, que el pueblo que no conoce su historia está condenada a repetirla.
Para finalizar me imagino que existe una idea equívoca de la anarquía y de lo supuso dicha Confederación. Lejos de esa idea Melchor llama a su hija Amapola, una flor que nace libre y que para mí tiene un especial significado al salpicar la portada de mi libro El dolor sí tiene nombre.
«Estaba cabreado, sí, pero Amapola estaba decidiendo sobre su propia vida y en eso consistía la anarquía, en la libertad para elegir el propio camino».
Os salvaré la vida, Joaquín Leguina y Rubén Buren, Espasa, Premio 2017 de Novela Histórica Alfonso X el Sabio.
Escrito por Leonor Pérez de Vega, autora del blog El dolor sí tiene nombre. Puedes seguirla en Twitter desde aquí.